Qué quiero y qué no quiero,
tan indefinible como qué dirección tomará el viento.
Buscar lo que quiero es tratar de encontrar lo impredecible.
Aunque hay algo que sí sé que quiero.
Yo lo que quiero es tiempo.
12 de junio de 2012
10 de junio de 2012
Qué es lo que nos hace ser lo que queremos ser
Hace un tiempo ya que consideraba de nuevo el hacer (y no abandonar más) una entrada mía a este lugar que siempre tiene una puerta abierta para mí... y una puerta abierta para todos.
Una conversación espontánea sin fin de una amistad sin límites ni fronteras, ha sido la que me ha dado la última nota inspiradora para hacer lo que mi mente (y mis dedos) pueden hacer muy bien ante un espacio en blanco.
Si algo hay que empezar a aprender, sobretodo cuando una siente que se está haciendo algo mayor, como es mi caso, es que lo que hacemos diariamente y lo que queremos hacer sólo pueden conseguirse con voluntad y sacrificio. Es importante seguir esta frase como un pilar fundamental de un manual básico de supervivencia. Tiende a ocurrirme, como ejemplo personal, que pienso que si hay algo que se me da bien, que me gusta, que me apasiona, que me reconforta realizar y a lo que querría dedicar algunas horas de mi día a día, ese algo vendrá a mí espontáneamente, y no tendré que pensar en hacerlo porque está en mí, en mi vocación, como si un impulso de mi corazón me forzara a llevarlo a cabo. E aquí la paradoja: desgraciadamente, la vida no es tan fácil...Afortunadamente, estamos bastante equivocados. Y digo afortunadamente porque si fuera el caso que he descrito, entonces aquellos que no hacemos nada, estaríamos condenados a no hacer ni crear nunca nada. Cuando nos susurran en la conciencia cosas que querríamos hacer y no hacemos, nos sentimos algo decepcionados con nosotros mismos: ¿significa eso que no sirvo para eso, que en verdad no me gusta tanto? ¿No me gusta escribir si nunca escribo? ¿No me gusta tocar la guitarra si nunca me pongo enserio a tocarla?. Pero entonces, ¿quién puede explicar que ahora mismo ni mi mente ni mis manos puedan poner fin a esta escritura?.
Aristóteles decía que el hábito es lo que nos permite llegar a ser personas virtuosas, a conseguir nuestra propia virtud. Uno no nace sabiendo aquello que quiere hacer, eso del don natural más vale dejarlo un poco de lado. ¿Mucho que abordar? ¿Hacer deporte, quizás? ¿Comer bien? ¿Leer más? ¿Estudiar más? ¿Dedicar más horas a cocinar? ¿Dibujar? ¿Tocar algún instrumento? ¿Estudiar? Mucho ruido. Si, cierto y deprimente, al final no hemos hecho nada. Me viene una sensación de remordimiento, o algo así como una sensación difusa de insatisfacción, un asco existencial, ¿no sirvo para eso?, ¿acaso no podemos hacer todo aquello que nos proponemos hacer, o aquello que hacen otras personas con las cuáles nos comparamos a veces e incluso envidiamos?
Con esta entrada pretendo hacer que se destruyan este tipo de pensamientos y demostrar que el camino de nosotros mismos es un continuo hacerse, ya que lo que somos hoy y lo que hacemos hoy es algo que en cualquier momento puede cambiar o seguir su rumbo, según lo que prefiera nuestra voluntad. Y, en definitiva, que dedicarse a algo es, precisamente, ir haciéndolo. Porque, al fin y al cabo, lo que es nuestra vida y lo que somos nosotros, es lo que vamos haciendo.
"Exister c'est là, simplement" (J.P. Sartre)
Una conversación espontánea sin fin de una amistad sin límites ni fronteras, ha sido la que me ha dado la última nota inspiradora para hacer lo que mi mente (y mis dedos) pueden hacer muy bien ante un espacio en blanco.
Si algo hay que empezar a aprender, sobretodo cuando una siente que se está haciendo algo mayor, como es mi caso, es que lo que hacemos diariamente y lo que queremos hacer sólo pueden conseguirse con voluntad y sacrificio. Es importante seguir esta frase como un pilar fundamental de un manual básico de supervivencia. Tiende a ocurrirme, como ejemplo personal, que pienso que si hay algo que se me da bien, que me gusta, que me apasiona, que me reconforta realizar y a lo que querría dedicar algunas horas de mi día a día, ese algo vendrá a mí espontáneamente, y no tendré que pensar en hacerlo porque está en mí, en mi vocación, como si un impulso de mi corazón me forzara a llevarlo a cabo. E aquí la paradoja: desgraciadamente, la vida no es tan fácil...Afortunadamente, estamos bastante equivocados. Y digo afortunadamente porque si fuera el caso que he descrito, entonces aquellos que no hacemos nada, estaríamos condenados a no hacer ni crear nunca nada. Cuando nos susurran en la conciencia cosas que querríamos hacer y no hacemos, nos sentimos algo decepcionados con nosotros mismos: ¿significa eso que no sirvo para eso, que en verdad no me gusta tanto? ¿No me gusta escribir si nunca escribo? ¿No me gusta tocar la guitarra si nunca me pongo enserio a tocarla?. Pero entonces, ¿quién puede explicar que ahora mismo ni mi mente ni mis manos puedan poner fin a esta escritura?.
Aristóteles decía que el hábito es lo que nos permite llegar a ser personas virtuosas, a conseguir nuestra propia virtud. Uno no nace sabiendo aquello que quiere hacer, eso del don natural más vale dejarlo un poco de lado. ¿Mucho que abordar? ¿Hacer deporte, quizás? ¿Comer bien? ¿Leer más? ¿Estudiar más? ¿Dedicar más horas a cocinar? ¿Dibujar? ¿Tocar algún instrumento? ¿Estudiar? Mucho ruido. Si, cierto y deprimente, al final no hemos hecho nada. Me viene una sensación de remordimiento, o algo así como una sensación difusa de insatisfacción, un asco existencial, ¿no sirvo para eso?, ¿acaso no podemos hacer todo aquello que nos proponemos hacer, o aquello que hacen otras personas con las cuáles nos comparamos a veces e incluso envidiamos?
Con esta entrada pretendo hacer que se destruyan este tipo de pensamientos y demostrar que el camino de nosotros mismos es un continuo hacerse, ya que lo que somos hoy y lo que hacemos hoy es algo que en cualquier momento puede cambiar o seguir su rumbo, según lo que prefiera nuestra voluntad. Y, en definitiva, que dedicarse a algo es, precisamente, ir haciéndolo. Porque, al fin y al cabo, lo que es nuestra vida y lo que somos nosotros, es lo que vamos haciendo.
"Exister c'est là, simplement" (J.P. Sartre)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)